4. Un poco de todo.
Yo no escuché más de 500 discos en toda mi vida. No me acuerdo de la mitad. ¿Es mejor haber escuchado mucho o recordar mucho? Sin demasiado razonamiento se me puede abofetear un irreverente . Yo estoy de acuerdo. Lo cuantitativo es en este caso fácil de evaluar: a mayor, mejor.
Pero para fácil, el sueño. Yo escuché unos 500 discos y no otros. ¿Mejor?
Conozco mucha gente que sabe nombres de bajistas virtuosos, gente que diferencia el K310 de Mozart del K215, gente que sólo escucha chamamé y gente que no. ¿Qué escuchás? Diferencié a la gente que armó su mundo: el tango. Gente que eligió el enciclopedismo: La juana, Mr Juana, Juana La Loca, Juana Molina... Gente que escucha música y gente que no puede no hacerlo. Gente que escucha la radio y gente que no. ¿Algún sistema funciona para todos? ¿Qué escuchás?
Tiro mi última carta y canto: sí. Hay algo que estamos buscando y que la música sabe entregar; un espacio nuevo, limpio, libre. Un aliento a vida, un lugar en otro mundo para desear honestamente, para pulsear a la muerte. Música para la alegría, para la lluvia, para la espera, para nada, para mí. Música que nos haga vivir esto que respiramos. Música que explique esto que tengo. Música que sea lo que quiero ser. Música que guíe y anticipe. Música que cree y que se deje crear. Música que me dé lo que necesito tener.
Poco hay de sociología, no hablamos de establecer una relación rígida entre deseo íntimo y género. Sino de buscar la sensación que provoca escuchar el tema que es ése momento (y no otro). De encontrar la música que es uno.
Cage decía que todo lo que se escucha es música (lo combinaba con su última sinfonía para piano arreglado y bañera sucia). ¿Qué escuchás? Cage no podía escuchar algo que no fuera música porque él no era otra cosa que música, porque no veía otra cosa que instrumentos musicales en forma de trenes y trapos de piso. (Los herederos Cage me demandan por difamación). La música como búsqueda, como resultado, como capacidad de vida -y no la vida como un árbol o como un camino, como pincharte el dedo con una aguja o sacarte un mechón de pelo de la cara.
Separemos también, en esta época tan moderna y aparatoide, que hoy la música es una herramienta de moda del mundo comercial. Pero también vive-moda el que música-moda escucha. ¿Qué escuchás? También hoy, la música es el recreo de tantos hombres de traje. También hoy, la música ocupa tanta Academia como la biotecnología. También hoy, la música vive la inabarcable comunicación y el infinito acumulamiento. Hoy a la música también la escuchamos por obligación. El futurismo del siglo XXI en el que los autos siguen ensuciando el pavimento, vive la música que le toca, en todos los lugares en donde se la necesita, se la usa o se la abusa. Otra vez, el arte generado y generador (que horriblemente vacías las generalizaciones) aprende y sufre la época que atraviesa.
Piense y revise sus discos. ¿Qué lo despierta? ¿Qué necesita? ¿Qué busca? ¿Qué desea? ¿Qué escuchás?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

vecina del barrio floral:
admito ser lectora anónima de su folletín, encuentro muy interesantes y entretenidos los pensares suyos, y me pone contenta que sienta y escriba, componga y publique; que se entretenga y disfrute con la música, y que me entretenga y me haga disfrutar con su lectura.

G.G.

El tano dijo...

Yo escucho felipe loco...

Anónimo dijo...

Es bueno preguntarse por este monstruo, que no tiene de la existencia mas que esa progresión que nos fascina.

Saludos.

Anónimo dijo...

yo espero en silencio el disco de Felipetuá!


muá!!!