5. Triángulo
Abramos la ventana que da adonde todos los hombres construyen puentes para seducir señoritas. Veremos allí que todo ser humano hace para no morir. Quedémonos ahí, que la estufa está prendida.
Ubíquese ahora usted en mi living: un tipo nace y puede hacer o no hacer, así de simple y sin grises. ¿No lo quiere llamar hacer? Ser, crear.....Colabore. A los cinco minutos de vivo le salta a los ojos que morirse es más o menos lo peor que puede pasarle. Lo lee, lo ve, lo escucha, lo imagina, se lo comentan. Ahí llora de hambre. Si al ñato no le importa morirse, ¿se toma el trabajo? ¿No podemos pensar como natural el principio del fruto más cercano? Si natural le desafina, piense instintivo.
Postulo que hacemos para no morir porque ése es nuestro peor (único) miedo, y al miedo no le gana nada. Acá el triángulo del día: la matemática, el ajedrez y la música.
Atención: Los hechos y personajes descritos en el siguiente folletín son ficticios, cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. Lea creación y no definición.
¿Qué son estos tres mundos sino abstracciones sin reflejo en la cuenta de luz?
¿Qué son sino creaciones fuera de las reglas del mundo de la Avenida de Mayo?
¿Qué, sino propuestas de otro mundo?
Entonces por supuesto que son inútiles, dice Susana Giménez con toda razón. Por supuesto no le sirven al Gobierno en la equitativa distribución de las riquezas. Y así se quedan en su mundo, del que sólo somos parte cuando nos enfrentamos al tablero y al otro-yo, cuando somos paréntesis y apellidos rusos o cuando improvisamos en Mi menor. Sólo gozamos de las reglas del mundo sin tiempo ni espacio cuando jugamos su juego. Pero ¿qué mejor opción que la de ir allí donde la muerte no es una posibilidad? ¿Cómo no agregar al mapa de las líneas de subte una pincelada a lo Pollock? ¿Quién se le ríe a la muerte más alto que la Teoría de conjuntos?
Entonces recuerde, cuando camine cuadras oscuras de frío y sea realmente tarde para todo lo demás, pegue el salto: cántese una de Aretha.